Nuestra historia

En 2015, nació PYX con una idea simple: queríamos ser ese lugar donde las personas no solo se recuperaran, sino que se sintieran escuchadas. No partimos de grandes promesas, sino de la experiencia de años viendo cómo el dolor físico suele venir acompañado de frustración o desánimo.

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Desde entonces, nos hemos dedicado a algo que nos define: aprender mientras ayudamos. Cada paciente nos ha enseñado algo nuevo. Por eso, invertimos tiempo en formarnos continuamente, no para acumular títulos, sino para ofrecer soluciones reales adaptadas a cada caso. ¿Nuestro orgullo? Ver cómo alguien recupera la sonrisa al volver a caminar, abrazar a sus hijos sin dolor, o cómo un deportista retoma su pasión gracias a un tratamiento uno a uno.

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No somos magos, ni pretendemos serlo. Trabajamos con técnicas científicas validadas, pero sobre todo con paciencia y honestidad. Si un ejercicio duele más de lo necesario, lo revisamos. Si un tratamiento no funciona como esperábamos, buscamos alternativas contigo. Porque aquí no hay protocolos rígidos, sino personas que se preocupan por personas.

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Tu bienestar no es un "sueño", para eso nos preparamos.

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